Antoni Clavé al completo en BarcelonaVolver

Revista Subastas del Siglo XXI, abril de 2013. La Galería Jordi Pascual reúne en Barcelona, hasta el próximo 31 de mayo, una completa selección de la mejor obra de Antoni Clavé. Una cita retrospectiva en el centenario del nacimiento de una de las figuras más relevantes del arte contemporáneo tanto en España como en el ámbito internacional, con un total de quince obras que viajan desde sus inicios más figurativos en la década de los 40 hasta los años 90, marcados ya por un inconfundible sello abstracto. Un homenaje muy cuidado que invita a disfrutar de un gran artista. La Barcelona de 1913 fue el escenario que vio nacer a Antoni Clavé, hace ya cien años, y la ciudad en la que comenzó su formación artística en 1926. Sus primeros pasos en la escuela de Bellas Artes y bajo las enseñanzas de José Mongrell y Ángel Ferrán, que marcarían un camino largo y fructífero del que encontramos fiel respresentación en esta muestra. Un artista, q3_Clave_Antoniue hasta el inicio de la Guerra Civil, se centró también en el diseño publicitario, una práctica que le sirvió para experimentar con elementos como el collage y materiales tan dispares como el papel de periódico o cuerdas que luego marcarían parte importante de su obra. Tras vivir los primeros años del conflicto en el frente, en 1939 se ve obligado a abandonar España y a instalarse en Francia donde ya en 1941, desde su estudio en la rue Boissannade, comienza a pintar. Con Jacques et Janine (1944) y Bailarines (1945), las dos primeras obras de la muestra, comienza nuestro viaje. Ejemplos que ofrecen una referencia de estos primeros años, donde Clavé muestra su interés por los gustos pictóricos del momento y se acerca al trabajo de artistas como Bonnard y Vuillard. El año 1944 también supone un punto de inflexión en su carrera, ya que un encuentro con Picasso propicia que la obrad del catalán abra la puerta de la abstracción. Bodegón de 1948 es un ejemplo de este cambio de sentido en su obra. También es importante en su desarrollo artístico sus trabajos de vestuario y decorados para destacadas compañías de ballet y donde comienza su relación con esos personajes que más tarde inundarán sus obras. Buenos Aires, Roma, Estados Unidos o París albergaron varias de sus exposiciones en estos años ayudando a completar su evolución. De este periodo encontramos en el recorrido la representativa obra Femme Peintre de 1951. Los amantes de sus primeras series de reyes, reinas y guerreros pueden disfrutar de Roi au fond rouge (1060) y Guerrier au yeux rouges (1971), mientras que sus primeros experimentos con el collage quedan ejemplificados en Poisson (1958). Así, su fuerza creadora le llevó a sumergirse de manera continua en nuevas aventuras pictóricas y experimentos que también tienen cabida en este viaje, como las llamadas assemblages, donde trabaja con trozos de tapiz unidos, como Composition à la Feuille (1972), o sus papiers froissés, técnica que usaba aerosoles sobre papeles arrugados como en la pieza de 1977 Homme de papier. Finalmente, Un signe, de estilo totalmente abstracto y fechada 1992, es la obra que cierra este recorrido donde el espectador descubrirá en cada obra parte de la escencia vital de este creador universal. Blanca Ramos Jarque