Revista Tendencias del mercado del arte, marzo de 2014.
Una veintena de obras perfilan una panorámica de las innovaciones en la pintura del siglo XX.
La Galería Jordi Pascual estrena temporada 2014 con Fragmentos de modernidad, una exposición que permanecerá abierta al público durante los meses de marzo y abril. La muestra, formada por un conjunto de veinte piezas, plantea un recorrido por los distintos estilos de pintura que han ido surgiendo a lo largo del siglo XX, desde las vanguardias hasta la actualidad. La muestra la forman una cuidada selección de obras de artistas de la Escuela de París, como Antoni Clavé, Francisco Bores o Alvar Suñol, de Informalistas como Josep Guinovart, de surrealistas como Joan Ponç, y de expresionistas como Antonio Saura, y una generación más joven, Miquel Barceló.
El recorrido empieza con un cuadro de Miquel Barceló,
Sinonímies, de 2004, una de las obras más importantes de toda la muestra junto con otra pieza del mismo autor,
Statue noire avec collier et crâne de Caiman, de 2000, época de Mali, que destaca por sus texturas y barro. La exposición sigue con tres bodegones de artistas distintos: Francisco Bores,
Bodegón en gris, de 1960, una paleta suave, muy característica de estos años, con un estilo propio en el que armoniza sus influencias de Picasso y Matisse; también exhibe un muy personal bodegón de Jorge Castillo de 1985 de Nueva York, y
Cadira, taula i coloms, un sereno interior de Alvar Suñol, con su característica atmósfera con una paloma que parece evocar anhelos de sueños y de paz. A continuación, una pieza de gran formato de Joan Ponç,
metafísica geométrica, una composición en verde, perteneciente a la serie metafísica que pintó entre 1969 y 1970, con largas y misteriosas sombras y correspondencias.
Entre los retratos, un desdibujado retrato femenino de Francisco Bores, de 1970, y dos de Antonio Saura, uno de ellos, de 1960, con predominio de grises, y el otro,
Retrato imaginario de Felipe II,
de la serie de los años 60-70, inspirada en el retrato del monarca español pintado por Sánchez Coello, con su voluminoso traje negro, que Saura representa con su expresivo y brutal estilo. De Josep Guinovart, el pintor del sol y la tierra, de la luna y el mar, se exponen dos cuadros en azul, de ese azul que, frente al mar, en su estudio de Castelldefels, Guinovart decía que buscaba sin cesar; aquí el artista juega con materiales como el vidrio y el propio lienzo, como en
Luna pescadora, en que la misma luna se convierte en anzuelo. Dos cuadros de la época más abstracta de Antoni Clavé,
Composition à la feuille, de 1972, es una técnica mixta con collage, en la que Clavé hace muestra de su virtuosismo, y
Un Signe ambos realizados mediante la técnica del collage y, para concluir el recorrido, una obra de Luis Feito,
Nº 2362, de 2009, un acrílico muy gestual, con rojos y un característico color más reciente, el violeta, que introduce el misticismo y la dimensión espiritual por su influencia del arte oriental, un artista que crea formas en el espacio, movido por lo que siente.