Villèlia, Moisès
Moisès Villèlia nació en Barcelona en 1928. Desde muy pequeño estuvo involucrado con el mundo del arte decorativo, ya que su familia se dedicaba a la restauración de muebles. En 1945, su padre abrió su propio taller, donde Villèlia trabajó gran parte de su juventud como aprendiz y más tarde como tallerista. Durante esta misma época, se interesó notablemente por la poesía romántica de Ruben y Nervo, así como por las esculturas de Alberti y Neruda.
En 1950, se unió al ejército y cumplió servicio en África. Allí se enfrentó por primera vez con el arte vanguardista del siglo. Cuatro años más tarde, realizó su primera exposición individual en el Museu Municipal de Mataró, donde se enfocó en destrozar la figuración. Al mismo tiempo fundó el grupo Arte Actual. En 1956, tuvo la gran oportunidad de participar en el IX Salón de Octubre de Barcelona con una escultura abstracta, la única del salón. El próximo año volvió a exponer, y esta vez presentando su primera escultura de caña.
A lo largo de estos acontecimientos, Joan Prats fue un gran amigo, introduciéndole al mundo del arte nacional e internacional, y dándole la oportunidad de formar parte del Club 49, un grupo de artistas vanguardistas en Cataluña. En 1960, fue elegido para presentar su obra en la primera exposición del Museu d’Art Contemporani de Barcelona, mientras que un año más tarde, se convirtió en uno de los fundadores de la FEDI (Fundación de Diseño Industrial).
A finales de los años 60, su identidad artística experimentó un cambio significante. Se trasladó durante un tiempo a Paris, y más adelante a Argentina y Ecuador. También empezó a abandonar la madera, por el fibrocemento, el hormigón, los metales y el poliéster. Sin embargo, durante su estada en Ecuador, empezó a estudiar el bambú, un material que se convertiría en el más emblemático de su carrera.
Los años posteriores a sus viajes, permanecen los más productivos de Villèlia. Sus obras ilustraban una yuxtaposición de materiales comunes de la naturaleza, donde el artista los dominaba sin perder su esencia salvaje. De esta manera, las formas orgánicas y abstractas se proyectaban en el espacio creando una experiencia única.
Durante su carrera, tuvo una presencia significante en el panorama artístico nacional, exponiendo en los museos más importantes. Hoy en día su obra forma parte de colecciones públicas y privadas, como las del MACBA y la Fundación Miró en Barcelona, la Albright-Knox Art Gallery de Nueva York o el IVAM de Valencia.