Periódico
La Vanguardia, 28 de Junio de 2015.
La galería Jordi Pascual exhibe una veintena de pinturas de Carlos Nadal (París, 1917 – Sitges, 1998) que podrán admirarse durante el mes de julio. La obra más antigua es
Ostende, realizada en los años 50 del pasado siglo. Su estilo alegre, decorativo y ligero, exento de ampulosidades, toma como referencia los hechos cotidianos, la vida que transcurre en sus hermosos interiores que eliminan de sus composiciones el dramatismo existencial.
Si buscamos referencas internacionales en los cuadros de Nadal siempre nos toparemos con Raoul Dufy del que hereda sus brillantes cromatismos y las formas simplificadas porque él ta
mbién es hijo del fauvismo y de sus manchas, coincidiendo con Bonnard y Vuillard en los aspectos decorativos de sus trabajos que tanto influyeron en la primera época de Clavé tras su arribada a París que es coincidente, en temática composicional, con los cuadros que pinta igualmente Grau Sala.
La técnica de Nadal habla de una factura directa, con empastes vigorosos y amplia pincelada, destacando la soltura de su grafismo que aparece al margen de las masas de color, siempre presentes en sus opulentos interiores de fúlgidos cromatismos que inundan el soporte de sensaciones que transmiten la
joie de vivre, un estado vital que no entra en colisión con una cierta melancolía que recuerda los lugares de un París que entonces era la cumbre y el centro de las vanguardias creativas del planeta y al que el pintor-poeta catalán hace protagonista de algunas de sus composiciones.
Carlos García Osuna