Hartung, Hans
Hans Hartung nació en Lepzig, Alemania en 1904. Desde pequeño supo que quería dedicarse a la pintura, lo que le llevó a estudiar Bellas Artes en la Akademie ser Schonen Kunste en su misma ciudad natal, y más adelante en Múnich y París.
A principios de su carrera, se influenció por la obra de Rembrandt, Goya, Frans Hals, el Greco, y por los expresionistas alemanes Oskar Kokoschka y Emil Nolde. Sus pinturas durante este periodo tenían como objetivo simplificar la figuración de los grandes maestros clásicos, pero a la vez conservar la fuerza del color.
La Galerie Heinrich Kühl, le otorgó su primera exposición individual en 1930. Cinco años más tarde abandonó la Alemania nazi para instalarse oficialmente en París. Allí empezó a pintar acuarelas y lienzos abstractos, que en 1937 presentó en la exposición “Cezanne à l’Art Non-figuratif”, comisariada por Christian Zervos en el Jeu de Paume. Un año más tarde, su reconocimiento artístico viajaría a Londres, con la exposición “20th Century German Art” en New Burlington Galleries.
En 1944, se alistó en la legión extranjera del Norte de África, donde a causa de un grave accidente, le tuvieron que amputar la pierna derecha. Después de este momento, sus lienzos mostraban su sufrimiento a través de un estilo abstracto y lírico, caracterizado por amplias masas sombrías trazadas con tinta china, óleo o pastel. Estas características eran inherentes al tachismo, una corriente artística, que para él traducía la desesperanza y los horrores de la guerra.
Con la ayuda de Alexander Calder, obtuvo la nacionalidad francesa en 1946. Poco después, se convirtió en uno de los artistas más importantes de la segunda École de Paris. Unos años más tarde, la Galerie Lydia Conti, presentó la primera exposición individual del artista en la ciudad del Sena. Desde entonces su obra formó parte de las grandes muestras internacionales. En 1968 el Musée National d’Art Contemporain de París le dedicó una exposición retrospectiva, mientras que en 1975 el Metropolitan Museum de Nueva York le comisarió una exposición individual.
Hartung estigmatizaba su pintura usando escobas, peines o ramas, creando una abstracción lírica. Su obra siempre se empeñó en fijar el dinamismo y la constancia de las fuerzas que creaban la materia, la luz y el espíritu. Como escribió la renombrada crítica de arte Madeleine Rosseau: “Así pues, un cuadro de Hartung es, sin duda, un momento de la existencia del pintor; pero, aún más, es un momento de nuestra civilización, con las limitaciones, los peligros y las esperanzas que conlleva y que, en gran medida, determinan la actitud individual de cada persona”.
Durante los tres últimos años, antes de su fallecimiento en 1989, experimentó una renovación de su estilo, iniciando una serie de obras muy coloridas con papel de embalaje.