Saura, Antonio
Antonio Saura nació en Huesca en 1930 y murió en 1998 en Cuenca. Comenzó a pintar en 1947, durante una larga enfermedad. Sus primeros años de actividad artística se desarrollaron en Madrid; a partir de 1953, residió largas temporadas en París. Viajó por Europa y América, pero nunca dejó de estar en contacto con España.
Antonio Saura inició su carrera pictórica dentro de la tendencia surrealista. Sus primeras obras (elaboradas en el lecho) son pequeñas y primorosas de ejecución; su producción se desarrollaba dentro de un mundo soñado y finamente colorista, de ejecución trabajada como una joya, con minuciosa pincelada y bien fundidos empastes de color. Esa primera etapa dio paso a otra mucho más libre pero siempre fantástica y surreal, de la cual pueden ser ejemplo obras como El Cementerio de los Suicidas. Lo abstracto empezó a aparecer cada vez con más intensidad y las cosas se transformaron en vagas formas o en ambivalencias bien acusadas, como en Piedra, Luna, Cielo.
Hacia 1950 desembocó, con el abandono de la figuración, en la creación de una pintura de mancha y de gesto en la que la representación desaparecía. En 1957 fue uno de los fundadores del grupo El Paso, que ejerció una gran influencia en la pintura española de las décadas de 1950 y 1960. La actitud de Saura en este momento creó una evidente tensión y planteó una vigorosa transformación en el arte español del momento, y llegó así el triunfo definitivo de lo informal en la pintura española. Pero pronto Saura volvió a una desgarrada y dramática figuración, bien triturada y deformada, en la que aparecían gestos y manchas de monstruos y carátulas, con los que apuntaba hacia un mundo expresivo, no ajeno a la sátira histórica y social, como él mismo apoyó en sus escritos.