Scully, Sean
Sean Scully (Dublín, 1945) está considerado como uno de los pintores más influyentes dentro del expresionismo abstracto geométrico, así como del minimalismo, sobre todo por crear un lenguaje muy particular. Su obra ha sido expuesta en los museos más importantes del mundo, entre ellos la Galería Nacional del Jeu de Paume, el Museo Albertina de Viena, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, etc.
Su interés por la pintura empezó muy temprano a través de representaciones religiosas en las iglesias, luego descubrió la obra “La chaise” de Vincent Van Gogh en la Tate Modern en 1960. Estos primeros encuentros con el arte lo inspirarán y alentarán la inscripción en Croydon College of Art.
Aunque nació en Dublín, a los cuatro años su familia y él se mudan a Londres. Realiza estudios de arte en el Croydon College of art de la capital inglesa, y en la Newcastle University. En 1975 viaja a los Estados Unidos donde se dedicará a la enseñanza, concretamente en la Princeton University de Nueva Jersey hasta 1983, momento en el que obtiene la nacionalidad estadounidense, y también ganó la Guggenheim Fellowship. Su primera exposición individual tuvo lugar en la Rowan Galley de Londres en 1973.
Sean Scully trabaja, desde el inicio de su trayectoria, a partir de la geometría.
Su obra se ve influida por Matisse, Mondrian y Rothko, aunque el expresionista abstracto americano de Jasper Johns y los minimalistas Reinhardt y Sol Le Wit, también son importantes para él. La pintura de Scully gira alrededor de los sentimientos y las emociones, o lo que es lo mismo, el espíritu del ser humano. Para él “la pintura tiene la capacidad de sintetizar el sentido del alma”, y lo hace en la práctica fusionando el color con la composición, por lo que sus cuadros parecen paisajes.
En la década de los ochenta, Scully comenzó a incorporar a sus composiciones distintas piezas que pinta de forma independiente, lo que refuerza la tensión espacial de su característica estructura de bandas verticales y horizontales; juega de esa manera con el trampantojo que provoca la sensación de avance y retroceso de partes de la obra, potenciada por la variación de los colores.
En Nueva York conoció a artistas minimalistas como Robert Ryman que le animaron a simplificar sus composiciones. Posteriormente empezó a usar principalmente colores neutros. Asimismo, experimentó con el grabado, el pastel, la acuarela y la pintura según la naturaleza, pero es principalmente conocido por sus paneles abstractos con capas de pintura superpuestas, rayas refinadas y tableros de ajedrez, inspirados en las mutaciones de la sociedad irlandesa.